viernes, 11 de julio de 2008

CUENTO PARA NIÑOS



 







Había una vez un roble que crecía al borde de la ladera. Era viejo, pues trescientos sesenta y cinco años llevaban sus raíces enterradas en esas tierras. Casi cuatro siglos asomado al borde del risco, como un faro que buscaban los marinos cuando se acercaban a tierra. Sin embargo, los robles miden el tiempo de forma diferente a los humanos, y mientras nosotros dormimos y soñamos cada noche, para ellos el periodo de sueño es todo el invierno.

No hay comentarios: